12 micro hábitos inteligentes para aumentar tu productividad diaria

Ser más productivo es totalmente posible con micro hábitos. Se pueden aplicar fácilmente a diario para hacer más y trabajar de manera más inteligente.

¿Te pasa que a diario deseas aumentar tu productividad? Esto no tiene por qué ser una ciencia espacial. No hay necesidad de complicados sistemas de productividad, nuevas aplicaciones o hábitos de nivel de un Navy SEAL. Algunas de las acciones y micro hábitos más simples pueden tener la mayor recompensa en concentración mental, energía y productividad general. La idea de este artículo es compartir varios de ellos. Espero te sean útiles.

¿Qué es un micro hábito?

Según Peter Schroeder, especialista en marketing digital de SchoolKeep, ha utilizado los «micro hábitos» para dominar la lectura, aprender un nuevo idioma e incluso el desarrollo web.

Según ha dicho a NBC News Better: «Un micro hábito es básicamente un paso muy pequeño sobre cómo puedes empezar a hacer prácticamente cualquier cosa que quieras hacer».

Por ejemplo, si deseas convertirte en corredor, comienza a trotar alrededor de tu cuadra una vez al día en lugar de intentar dos kilometros.

Un micro hábito «Es superar ese primer paso de decir «Wow, esto es algo realmente increíble y monumental que tengo que hacer. ¿Cómo voy a llegar allí?» En lugar de dar un paso a la vez», explica Schroeder.

En esencia, los micro hábitos son lo suficientemente pequeños como para tardar menos de dos minutos. Se pueden practicar todos los días y pueden cambiar por completo nuestra circunstancia.

Dicho esto, veamos entonces los que puedes comenzar a realizar para aumentar la productividad.

12 micro hábitos para aumentar tu productividad

1. Planifica tu día la noche anterior

Una planificación adecuada evita un rendimiento deficiente. Por lo tanto, como parte de mi rutina nocturna, siempre planeo el día siguiente con gran detalle utilizando mi planificador de productividad (yo utilizo Asana). Esta práctica ha triplicado al menos mi productividad diaria.

Como parte de mi práctica de planificación, hago una lista de todas las tareas que quiero completar, las clasifico según la prioridad (cuanto más avanza una tarea hacia mis objetivos a largo plazo, mayor es su prioridad) y uso el bloqueo de tiempos para crear un horario para el día.

Prefiero planificar mi día la noche anterior en lugar de la mañana. Al hacerlo, sé exactamente lo que hay que hacer desde el momento en que me despierto. Y puedo concentrar toda mi energía en ejecutar el plan en lugar de tener que seguir haciendo el plan.

2. Revisa diariamente tus objetivos a largo plazo

La razón más común por la que las personas no logran sus objetivos es estúpidamente simple: se olvidan de ellos. Cuando te hace falta un sistema para mantener tus objetivos en mente, estos se desvanecerán lentamente debido al ajetreo de la vida. De nuestra sociedad de la distracción.

Para evitar esto, te recomiendo que revises tus objetivos a largo plazo todas las mañanas, antes de comenzar a trabajar. De esta manera, tus metas permanecen en la parte superior de tu mente y te puedes concentrar en ellas.
Además, te ayudará a planificar y diseñar tus días a propósito, para que realmente progreses hacia tus objetivos a largo plazo en lugar de simplemente reaccionar al ajetreo diario. Ten presente que NO eres un bombero apaga fuegos.

3. Identifica tus 3 objetivos diarios principales

Uno de los micro hábitos más simples pero más efectivos para aumentar tu productividad es identificar tus 3 objetivos principales para el día. Cuando identifiques claramente tus prioridades, tu día entero estará mucho más enfocado y con más propósito.

Entonces, antes de que comiences la jornada laboral, tómate un minuto y hazte la siguiente pregunta:

¿Qué 3 cosas, si se logran hoy, me acercan un gran paso más a alcanzar mis metas a largo plazo?

Personalmente, nunca comienzo la jornada laboral sin identificar mis 3 prioridades principales para el día. Sé que si no identifico mis principales prioridades, terminaré perdiendo mucho tiempo haciendo tareas que no importan mucho. Todo este «trabajo pesado» puede hacerme sentir realizado, pero no me acerca mucho más a mis metas a largo plazo.

4. Bebe dos vasos de agua inmediatamente después de despertarte

Cuando te despiertes, es importante hidratar tu cuerpo inmediatamente. Después de estar sin agua durante 6 a 8 horas, estás bastante deshidratado. Esto lleva a sentirse lento, desenfocado y tal vez incluso un poco irritado.

Por lo tanto, siempre bebo dos vasos de agua justo después de despertarme. Antes de tomar mi primera —y muy apreciada— taza de café. No soy una persona madrugadora por naturaleza, pero este simple hábito me ayuda a comenzar el día. Me siento con más energía y despierto, mejorando mi estado de ánimo matutino y mi productividad.

5. Haz una revisión diaria de 5 minutos

Como parte de mi rutina nocturna, realizo una revisión del día de 5 minutos usando mi planificador de productividad. Suelo hacerme las siguientes preguntas:

  • ¿Logré mis 3 principales prioridades del día? ¿Si no, porque no?
  • ¿Qué tareas ocuparon mi tiempo y energía, pero no produjeron resultados significativos?
  • ¿Qué personas y actividades despertaron más energía y felicidad hoy?
  • ¿Qué haría diferente mañana?

Esta revisión de 5 minutos me ha ayudado enormemente a mejorar mi desempeño en mi vida profesional y personal. En los últimos años, me ha ayudado a optimizar mi rutina diaria, corregir los puntos ciegos y trabajar de manera mucho más inteligente. Especialmente porque trabajo de forma remota para varios proyectos y clientes, y es crítico, la optimización del tiempo y actividades.

6. Comunícate con tus amigos y con gente que sueña en grande

Honestamente, podría hacerlo mucho mejor con este hábito. Lo que sucede es que mis grandes amigos, están regados por el mundo en diversos usos horarios, y más allá de WhatsApp o Zoom, la comunicación se ha vuelto escasa. Por otro lado, nuestra experiencia migratoria también ha hecho que el tejido social natural que teníamos se haya literalmente diluido.

Por lo que es una prioridad en el futuro cercano, reconstituir mi tejido social y acercarme nuevamente a mis amigos. Además, acercarme a personas que sueñen, hagan cosas, irradien energía y productividad. ¿Por qué? Sencillo, las emociones se contagian. Si quieres ser productivo te va a ser bien vincularte con gente productiva. Si quieres descansar y divertirte, debes acercarte a personas que lo hagan. Las emociones se contagian. Las emociones y estados de ánimo que frecuentamos son clave.

7. Evita la sobrecarga de información al principio del día

¿Qué es lo primero que hace la mayoría de la gente cuando se despierta? Revisa su teléfono inteligente. Según un estudio de IDC Research, alrededor del 80% de los usuarios de teléfonos inteligentes revisan sus dispositivos móviles dentro de los 15 minutos posteriores a despertarse todas las mañanas.

En los primeros minutos después de despertarse, ya leyeron docenas de opiniones en las redes sociales, descubrieron cinco nuevas tareas pendientes en su bandeja de entrada de correo electrónico y se enteraron de todas las cosas malas que suceden en el mundo según las noticias.

En lugar de comenzar tus días así, lo que solo conduce a una sobrecarga de información, estrés y distracción, usa la mañana para concentrarse en tu misión. Tus metas. Tus prioridades. No reacciones ante las cosas de otras personas, concéntrate en hacer avanzar tu vida. Que te aseguro no está en la cuenta de Instagram de otra persona.

8. Usa la mañana para hacer

Según la investigación, la mañana es el momento más productivo del día para el 75% de los trabajadores en la sociedad del conocimiento. Aquí es cuando la mayoría de la gente tiende naturalmente a estar más enérgica, concentrada y disciplinada.

Por lo tanto, uno de los micro hábitos más inteligentes es utilizar la mañana para las tareas más importantes y desafiantes. Estas tareas requieren el máximo rendimiento mental, fuerza de voluntad y concentración. Dado que esto está naturalmente en su punto máximo por la mañana —para la mayoría de las personas—, es la mejor ventana del día para abordar tus tareas de mayor prioridad.

Una de mis reglas más productivas es que la mañana es para hacer y la tarde es para administrar. Por la mañana, escribo, trabajo en mis proyectos y realizo otras tareas de «creación» —por ejemplo de contenido— que requieren mi máximo rendimiento.

9. Usa la tarde para administrar

Por la tarde, tiendo a ser más propenso a las distracciones. Tengo menos energía y tiendo a posponer más las cosas. Es por eso que, por la tarde, realizo tareas de «tipo gerencial» como correo electrónico, reuniones, trabajo administrativo y llamadas de Zoom.

Estas tareas no requieren mi máximo rendimiento cognitivo, por lo que pueden realizarse durante esas horas en las que, naturalmente, no estoy en mi mejor momento. No sería el mejor uso de mi tiempo para completar estas tareas por la mañana, cuando soy más productivo.

10. Guarda tu teléfono durante las horas de foco

Sí, parece difícil. Pero el teléfono inteligente es la mayor distracción para la mayoría de los profesionales del conocimiento. Si deseas recuperar la concentración y hacer más cosas, debes guardarlo durante al menos 2 o 3 horas al día. Ponlo en tu bolso, escóndelo o colócalo en una habitación diferente. Haz todo lo posible para protegerte de esta gran fuente de distracción.

Algunos estudios han demostrado que el usuario promedio de teléfonos inteligentes desbloquea su teléfono 150 veces al día (una vez cada 10 minutos) ¿No es esto demasiado?. Y pasa un promedio de 3 horas y 15 minutos en sus teléfonos (el millennial promedio pasa 5.7 horas en su teléfono). No es de extrañar que un estudio de Microsoft haya encontrado que, desde el año 2000, la capacidad de atención promedio se ha reducido en un 33%.

Por lo tanto, durante mis intensas horas de trabajo matutino, guardo mi teléfono y apago (suelo hacer un gran esfuerzo) todas las notificaciones. La recompensa en el enfoque adicional y la productividad es realmente invaluable.

11. Diviértete

Algunas personas se toman demasiado en serio todo. Toda esta seriedad sofoca la creatividad y absorbe energía. Pero no tiene por qué ser así. Creo que perseguir grandes objetivos y divertirse puede coexistir. De hecho, deberían coexistir. Quiero decir, ¿qué vale todo cuando no te estás divirtiendo? ¿Tanto trabajar y producir se devuelve en disfrute y felicidad?

Disfruta y déjate llevar un poco. No te dejes atrapar por la seriedad de hacer negocios, un empleo formal o las complejidades de la vida diaria. Cuanto más te diviertas, más creativo y lleno de energía te sentirás. La diversión alimenta tu éxito.

12. Pon foco en la recompensa, no en el esfuerzo

Solía luchar mucho con la dilación y la resistencia mental. El problema era que estaba demasiado concentrado en el esfuerzo sin recordarme lo suficiente sobre la recompensa de mi trabajo. Hoy en día quiero hacer más actividades de alto valor, que miles de actividades que no devuelven nada. Prefiero tener 2 clientes a los que entregarle mucho y que eso devuelva mucho, a tener 9 o 12 clientes que devuelven poco y exigen —en muchos casos— demasiado.

En lugar de recordarme a mí mismo cómo completar ciertas tareas y proyectos me ayudaría a hacer crecer mi negocio, aumentar mis ingresos o acercarme a mis objetivos, reflexionaría demasiado sobre cuánto tiempo y energía me costaría hacer el trabajo.

Solo cuando practiqué el «cambio mental» pude vencer la dilación y disminuir la resistencia mental hacia mi trabajo. En lugar de centrarme tanto en el «dolor», comencé a centrarme en la «ganancia».

Por ejemplo, en lugar de reflexionar sobre el tiempo y el esfuerzo que me costaría escribir un artículo, me concentraría en cómo me ayudaría a ganar más dinero, hacer crecer mi audiencia y tener un impacto positivo en otras personas. Este «cambio mental» resultó ser un cambio de juego en la derrota de la procrastinación.

Ahora te toca a ti

Recuerda, el conocimiento es solo poder potencial. Si deseas hacer un cambio real en tu vida, debes aplicar lo que haz aprendido. Por lo tanto, como un punto de acción para este artículo, elige al menos dos micro hábitos y aplíquelos en tu vida lo antes posible. No te detengas!